Los martillos hidráulicos se emplean normalmente para demoler pavimentos, crear agujeros de grandes dimensiones o hacer demoliciones de determinadas construcciones. Su funcionamiento se basa en los mismos principios que un martillo neumático aunque en este caso, el martillo hidráulico se acciona a través de un fluido especial que sólo funciona a presiones muy elevadas.
Entre los usos principales figuran la demolición, el desmonte primario, la excavación de zanjas y el triturado secundario de rocas. En función del tamaño y del tipo de excavadora a los que pueden aplicarse, los martillos de demolición se subdividen en tres macro-categorías:
- Martillos pequeños, usados sobre todo para trabajos de excavación, obras en carretera, demoliciones en los centros habitados y reacondicionamiento de edificios.
- Martillos medios, usados sobre todo para demolición de edificios, desmontes en áreas urbanas y demoliciones secundarias en canteras.
- Martillos grandes, usados sobre todo para demoliciones importantes, desmontes primarios en cantera, excavación de cimientos, grandes túneles en carretera y túneles ferroviarios.
El martillo hidráulico está formado por un cuerpo de martillo, una carcasa dotada de sistemas amortiguadores y antivibración (que envuelve y protege el cuerpo del martillo), y una herramienta (“punta de cono” o “cincel”). El cuerpo de martillo puede fabricarse en una sola pieza (monobloque) o en varias piezas aseguradas entre sí con cuatro tirantes. En su interior está formado principalmente por dos partes en movimiento: el pistón (o masa de impacto) y el distribuidor. A ellas se añade la herramienta con la función de impactar contra la superficie a demoler o a excavar.
5 consejos para usar correctamente los martillos hidráulicos para demolición
- Utilizar siempre el martillo en perpendicular a la cara del material a demoler e imprimir al martillo de demolición el empuje justo;
- El martillo NO debe percutir “en vacío”: los golpes en vacío provocan desgastes precoces y roturas de los retenedores;
- NO utilizar el martillo para mover grandes bloques con la punta o con la carcasa;
- El martillo NO debe percutir sobre el mismo punto por más de 30 segundos. Si se insiste mucho en una misma posición, el aceite hidráulico se recalienta y hay riesgo de gripaje del pistón;
- NO sumergir el martillo en agua más allá del nivel saliente de la herramienta. Si fuera necesario para realizar trabajos subacuáticos, diríjase al centro de asistencia autorizado más próximo para equipar el martillo de demolición con un sistema subacuático adecuado.
La importancia del mantenimiento ordinario en 5 pasos
- La herramienta (o punta) debe engrasarse constantemente (recomendado: cada 2 horas de trabajo).
- Al comienzo y al final de cada turno de trabajo, los amortiguadores y tirantes (en su caso) deben revisarse.
- Controlar que los retenedores y los pernos de fijación de la silla estén correctamente fijados o atornillados.
- Comprobar que no haya pérdidas de aceite a lo largo de las tuberías, los acoplamientos o la herramienta.
- Efectuar un control general del martillo para localizar cualquier posible fallo de soldadura o grietas en la carcasa, en la silla o en la herramienta.
El transporte de los martillos hidráulicos solo puede quedar en manos de personas autorizadas. Uno de los peligros derivados del mal uso de esta maquinaria es el relacionado con el aceite hidráulico a alta temperatura que emplean. Puede penetrar en la piel y causar daños permanentes. Para evitar esto nunca se pueden usar los dedos para buscar fugas de aceite.
En lo referente a la protección medioambiental, hay que asegurarse de que todo el aceite derramado se maneja con arreglo a la normativa de seguridad vigente. Mientras se trabaja en una demolición con este tipo de máquina no pueden caer objetos ni producirse desprendimientos. Para ello, entre otras cosas, hay que comprobar cada cierto tiempo que el depósito de lubricante del martillo esté lleno.
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